RALF POWELL, CAPITÁN DEL VELERO NAOS
También se ha hecho el mantenimiento periódico de preparación de la nueva temporada: obra viva, repaso de pintura, cubierta de teca…
El capitán Ralf Powell no había visitado nunca Varador 2000. Llegó a Arenys de Mar (Barcelona) a bordo del velero Naos atraído por las buenas referencias y la reputación de este astillero y se va, después de seis meses, muy satisfecho por el trabajo realizado. “El barco ha quedado en óptimas condiciones para navegar por todo el mundo”, asegura.
Durante el medio año que el Naos ha permanecido en Varador 2000, se han abordado trabajos de envergadura: “se han reconstruido los generadores y el motor principal del barco y también se han realizado mejoras en el eje, la hélice y la botavara”, comenta el capitán, que añade: “creo que hasta dentro de cinco años no necesitaremos revisar de nuevo estos elementos del barco”.
Powell también ha aprovechado esta larga estancia en Varador 2000 para poner al día el casco del barco –obra viva y antifouling–, para “lijar, pintar y aplicar antideslizante en la cubierta de teca del velero y para realizar otros trabajos menores de mantenimiento y de preparación de la nueva temporada”. Este ha sido el tercer refit importante a que se somete el Naos en los casi veinticinco años transcurridos desde su primera botadura en 1992. El velero, de 32,28 metros de eslora, lo construyó CCYD y se destina a uso privado. El casco, diseñado por Ron Holland Design, está fabricado íntegramente en aluminio.
Seis meses en Arenys de Mar con la tripulación
El capitán del Naos, de origen neozelandés, valora muy positivamente las instalaciones de repair & refit de Varador 2000 y el alto nivel técnico de sus profesionales y de las empresas auxiliares que operan en su explanada técnica. Además del factor técnico y profesional, “también ha sido muy importante para nosotros el entorno y la localización del astillero”, comenta Powell, que nunca antes había visitado la costa norte de Barcelona y le ha encantado. Durante los seis meses que el Naos ha estado varado, el capitán ha alquilado una casa en Arenys de Mar para él y su tripulación, otros tres marineros.
“En Arenys hemos estado muy a gusto. Es una ciudad pequeña y tranquila donde se vive muy bien. El único inconveniente –subraya en tono divertido– es que mi tripulación es muy joven y tanta tranquilidad les aburre, sobretodo en invierno. De todas formas –añade Powell– estar tan cerca de Barcelona es una gran ventaja”. El capitán, que a lo largo de su dilatada trayectoria profesional ha conocido astilleros en todo el mundo, asegura que si el barco se encuentra en aguas europeas cuando corresponda hacer el próximo refit volverá a Varador 2000.