JACK McKAY, CAPITÁN DEL YATE HARMONY
El capitán se ha convertido en un asiduo del astillero de Arenys de Mar, que ya ha visitado en cuatro ocasiones
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Jack McKay nació hace 70 años en Nueva York y ha dedicado prácticamente toda su vida profesional al mar. Los últimos 30 años oficia como capitán de barco. Lleva once años al timón del Harmony, su navío actual y, según explica, aún le queda cuerda para rato: “no estoy cansado, navegar me apasiona, y con una buena tripulación todo es más fácil”, asegura.
Este capitán, con aspecto de gentleman educado y afable, es un enamorado del Mediterráneo, donde pasa más de seis meses al año. A bordo del Harmony y con los otros barcos que ha comandado a lo largo de los años ha tenido oportunidad de conocer innumerables astilleros de América, Europa y otros continentes y su experiencia no siempre ha sido satisfactoria. “En Estados Unidos cargan muchísimo los precios para no correr riesgos ante eventuales reclamaciones, y la mayoría de los que he conocido en el Mediterráneo son muy poco flexibles con determinados temas y en ocasiones no asumen sus responsabilidades ante determinados errores y eso es un grave problema”, comenta McKay.
Sus barcos han varado en astilleros de Bahamas, Palma, Malta, Barcelona, el Caribe, Francia o Italia, entre otros muchos, y nunca hasta ahora había encontrado la “complicidad, la amabilidad y el buen trato que he hallado en Varador 2000”, afirma el capitán. Desde que descubrió el astillero de Arenys de Mar hace cinco años, McKay se ha convertido en un incondicional del mismo. Ya lo ha visitado en cuatro ocasiones, la última este mismo año, en que el Harmony se ha sometido durante tres meses a diversos trabajos de pintura, antifouling de bajos y otros trabajos de mecánica, interiores y carpintería.
McKay está muy satisfecho con el trabajo realizado y asegura que volverá tras su periplo mediterráneo de este verano. “Yo valoro el trabajo bien hecho y también el diálogo face to face con el astillero, y en Varador 2000 he encontrado las dos cosas”, afirma el capitán, que añade: “aquí hablas con Xiqui, Raül o Alesandro y te resuelven cualquier problema, por complicado que sea”.
McKay también valora muy positivamente la flexibilidad del astillero. Afirma que en “Varador 2000 toleran que mi tripulación acometa directamente algunos trabajos menores, cosa impensable en otros astilleros, con lo cual nos ahorramos bastante dinero en gastos superfluos. Para mi todo esto es muy importante pues yo, además de capitán, soy un mánager que ha de cuadrar presupuestos y tenerlo todo a punto”.
Según el capitán el astillero solo debe mejorar una cosa, la rapidez, “aunque para ser honestos hay que decir que trabajan con mucha seguridad y si sobrepasan el tiempo previsto no exigen más dinero; los precios, además, son muy competitivos”. Cuando no está varado en Arenys de Mar el Harmony inverna en Mataró Marina Barcelona, la base náutica para superyates que gestiona Varador 2000 en el puerto de Mataró.
“Esta marina –explica McKay– nos hace la vida más fácil. Es muy tranquila y se encuentra a muy pocas millas de Barcelona, lo cual es una ventaja. Para mi, que vivo en el barco, y mi tripulación, es muy importante disponer de privacidad, seguridad y buenos servicios sin tener que soportar los inconvenientes de una gran ciudad o de un gran puerto, donde todo está más saturado y sobredimensionado”. Cuando el barco está en el Caribe tiene su base en Saint Vincent, la isla mayor del archipiélago de las Granadinas.
El Harmony, un yate de 35 metros de eslora y 7,5 de manga construido en Canadá en 1999, navegará durante todo el verano por el Mediterráneo. Las Baleares, Francia e Italia son algunos de los destinos que visitará antes de volver a recalar en Mataró Marina Barcelona o en Varador 2000 para un nuevo refit.